En el cierre de este 2022 nos queda compartir con todas y todos la satisfacción de haber mantenido en alto la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, no obstante, las dificultades y los desaciertos.
Podemos decir que, tras la ingrata pandemia, nos queda el regocijo de habernos reencontrado con la comunidad y sus dinámicas, para seguir remando a paso firme en esta tarea de defender y promover la memoria y los derechos humanos.
Y en ese reencuentro se asomaron nuevos desafíos que enfrentamos con humildad, pero también con la necesaria audacia para ensanchar el arco de los derechos fundamentales que diariamente nos proponemos hacer prevalecer.
Las disidencias fueron una apuesta certera en ese sentido y el arte del mosaico nos permitió asumir ese reto y aprendimos mucho.
Vimos también las formas de enriquecer el trabajo con estudiantes de los distintos niveles a través de talleres y proyectos radiales. El Memorial volvió a inundarse de niñeces, adolescencias y juventud a lo largo del año, con visitas pedagógicas que aseguran la memoria, es decir, el futuro.
Nuestro homenaje a los 70 campesinos de Paine fue sin duda el eje rector de cada una de nuestras acciones. Hechos de su viva memoria, nos reencontramos con las familias en cada conmemoración y, gratamente, con las nuevas generaciones.
La tímida justicia
La histórica lucha de las mujeres marcó ciertamente nuestro andar. Fue el momento de fortalecer el reconocimiento, muy especialmente, a las mujeres que integran la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine, a través de distintas actividades. Vaya para cada una de ellas nuestro respeto, cariño y el firme compromiso de seguir caminando juntos en la incesante lucha por verdad y justicia.
Una justicia que este 2022 dio algunas luces, pero sigue siendo tímida. La tarea irrenunciable es seguir luchando por aquellas causas aún pendientes en los tribunales.
Nuestra mirada está puesta ahora en el 2023. Será tarea compleja atender a la altura este medio siglo de impunidad y continuar dando la batalla contra el olvido.
A la altura y también con la debida perspicacia para enfrentar la ira y el odio de los negacionistas de siempre. Porque, son tantos años de impunidad, que ya parecen sin cuenta.
¡Por un 2023 cargado de Justicia y Memoria!
¡Con los 70 en el latido, la Memoria no se Rinde!
¡Justicia para Paine!