Educadoras y trabajadores de sitios de memoria se reunieron en torno al arte, la salud mental y la colaboración, en una emotiva jornada organizada por RESMYC en Memorial Paine.

Paine, julio de 2025. En el corazón del Memorial Paine se vivió una jornada cargada de sentidos, emociones y vínculos, en el marco del segundo encuentro de salud mental organizado por la Red de Áreas de educación de sitios de memoria y conciencia (RESMYC). A través del taller de mosaicos, en la cual educadoras y educadores expresaron mediante un símbolo, los elementos imprescindibles para el resguardo de la salud mental, junto a  espacios de conversación y reflexión, integrantes de diversos espacios de memoria (La Providencia de Antofagasta, Memorial Paine, Londres 38, Villa Grimaldi, Memorias y resistencia Provincia Cordillera, Ex Nido 20, Neltume y Ex Cuartel Borgoño, compartieron experiencias, herramientas y desafíos que enfrenta el trabajo cotidiano en educación en Pedagogías de la memoria y derechos humanos. La jornada fue, por sobre todo, un ejercicio colectivo de cuidado, encuentro y creación.

Florencia Espíndola, representante de Memorias en Resistencia del ex Regimiento de Puente Alto, compartió su impresión sobre la actividad:

“Fue una jornada muy agradable, cómoda y, por sobre todo, enriquecedora. El ambiente es grato y nos permite aprender muchísimo de las experiencias de otres, lo cual se agradece profundamente. Como organización, tenemos una realidad distinta al no contar aún con un sitio establecido, entonces aprender en comunidad es valioso para nuestro proceso. En ese sentido, la RESMYC representa un apoyo fundamental para validar las vivencias y emociones que surgen en el camino de la educación de memorias y derechos humanos”.

El taller de mosaicos fue una de las instancias más valoradas por les asistentes. A través de este ejercicio artístico y colaborativo, se reflexionó sobre el cuidado personal y colectivo desde lo sensorial, emocional y simbólico. Javiera Marchant, del Ex Cuartel Borgoño, lo describió como una experiencia profunda:

“El solo hecho de trabajar con las manos, con personas que lo hacían por primera vez y otras con más experiencia, estar presentes con otres, conversando sobre temas importantes y duros, pero también riendo y compartiendo, fue casi sanador. El almuerzo también fue precioso: compartir una comida en un entorno tan bonito es algo que voy a recordar con cariño por mucho tiempo”.

Desde Villa Grimaldi, Alejandro Olivera destacó el enfoque del encuentro en el bienestar de quienes trabajan en contextos de alta carga emocional:

“Fue una jornada llena de sentidos, pasiones y arte. Con el sentido claro de hacernos cargo de nuestras propias dificultades por la naturaleza de nuestro trabajo, este y otros encuentros son espacios de aprendizaje colectivo y mutuo acompañamiento. Esta es, sin lugar a dudas, una de las características fundamentales de RESMYC: un hermoso espacio donde podemos ser y estar”.

Por su parte, Camila Cortés Quinteros, coordinadora de RESMYC, contextualizó esta actividad como parte de un proceso mayor:

“Este encuentro en Memorial Paine es parte de un proceso iniciado en 2024 en La Providencia de Antofagasta, donde comenzamos a trabajar sobre discapacidad, inclusión y salud mental. En esta segunda instancia elaboramos mosaicos que reflejaron elementos imprescindibles para nuestro bienestar diario: descanso, luz del sol, música, movimiento… Este trabajo continuará a fines de noviembre con un encuentro en Neltume, enfocado en salud mental con perspectiva de género”.

Desde La Providencia de Antofagasta, la educadora Natalia Santander destacó el impacto emocional y colectivo del encuentro:

“Son instancias donde volvimos a reconocer la importancia de las afectaciones al trabajar estas temáticas. También lo importante que es detenerse a escuchar a les compas, sobre cómo se sienten trabajando en un sitio de memoria. El ejercicio de mosaico permitió bajar el ritmo habitual; fue muy adecuado como instrumento de salud mental. Compartir los alimentos, conversar, estar juntes, se vuelve un ejercicio de hacer comunidad. Aunque unes son de Santiago y otres de regiones, eso ni se notaba. Eso demuestra que como comunidad RESMYC realmente existimos, y está bien preocuparnos por esta temática. Espero que vengan muchos encuentros más”.

La jornada en Memorial Paine no solo dejó mosaicos como recuerdo, sino también vínculos fortalecidos, aprendizajes compartidos y la reafirmación del compromiso de construir memoria desde el cuidado mutuo. Porque, como nos enseñan estas experiencias, sanar y resistir también se hace en comunidad.