Desde Paine homenajeamos a quienes labran la tierra y recordamos cómo la Reforma Agraria de 1967 cambió el campo chileno.

DÍA DEL CAMPESINO

Este 28 de julio, conmemoramos el Día del Campesino celebrando los 58 años de la Reforma Agraria, promulgada originalmente en 1967 por el Presidente Eduardo Frei Montalva y llevada adelante por el Presidente Salvador Allende. Fue una de las políticas públicas más transformadoras del siglo XX en Chile.

Antes de esta reforma, el trabajo rural estaba muy mal remunerado —en muchos casos, ni siquiera había pago monetario— y una pequeña élite concentraba enormes extensiones de tierra. Muchos arrendatarios viven en extrema pobreza, mientras grandes empresarios dominaban miles de hectáreas sin límites legales.

La Reforma Agraria de Frei —y aplicada en plenitud por Allende— cambió radicalmente este escenario. Ese proyecto, presentado en 1965 y sancionado en 1967, estableció un límite de acumulación de 80 hectáreas por persona. Toda tierra en exceso fue expropiada y redistribuida. También incluyó la expropiación de predios pertenecientes a corporaciones y sociedades, con un plazo de tres años para que las tierras ociosas o mal explotadas fueran entregadas a campesinos necesitados.

¿Qué significaron estos cambios para el país?

Antes de la Reforma, el 7 % de las explotaciones (es decir, unos 10 000 latifundios) concentraban el 81 % de la extensión total de tierras, y el 78 % de la superficie agrícola. La sindicalización rural era mínima: en 1965 solo existían 32 sindicatos con 2 118 afiliados.

Tras la Reforma Agraria y la Ley de Sindicalización Campesina, se expropiaron 9,8 millones de hectáreas y 5 809 predios. Además, se crearon 488 sindicatos campesinos, con 127 688 afiliados en 1970. Estas medidas no solo elevaron la calidad de vida de cientos de miles de familias rurales, sino que también sembraron las bases de una sociedad más justa y democrática.

Mirando hacia el futuro, los próximos 50 años estarán marcados por desafíos estructurales vinculados al cambio climático. Este fenómeno global ya está transformando los sistemas agrícolas, y desde Memorial de Paine creemos que es esencial estar preparados y apoyar a quienes trabajan la tierra frente a estas nuevas realidades.