La Corporación Memorial Paine y la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine rindieron homenaje lamentando profundamente la partida del abogado y ex diputado, Andrés Aylwin, quien fue un apoyo fundamental en el proceso de denuncia de las violaciones a los Derechos Humanos en la localidad, además de ser el primer Presidente de la Corporación Memorial Paine y uno de los socios fundadores.
El rol Andrés Aylwin en Paine
Andrés Aylwin estuvo directamente relacionado con Paine. Le tocó conocer los casos de violaciones a los Derechos Humanos ocurridos en esta localidad y en 1974 participó en la presentación del primer recurso de amparo interpuesto ante los Tribunales de Justicia. Según él mismo cuenta, eso cambió su vida. En la editorial de la Memoria de nuestra Corporación señala: “conocí el profundo dolor de los familiares y el abrumador coraje de las madres, esposas y hermanas de las personas detenidas. Fue allí que tomé la decisión de convertirme, y en hacer de ello una opción de vida, en un luchador por la causa de los Derechos Humanos”.
En ese contexto, en el 2004, frente a la solicitud de ser parte de la naciente Corporación Paine. Un lugar para la Memoria, señala que no dudó en ser aceptar y emprender así un nuevo camino por la verdad y la justicia. “Esta vez se trataba no sólo de denunciar lo ocurrido, sino que darlo a conocer y procurar que nunca más se negaran los graves hechos acontecidos en Paine: la desaparición y muerte de al menos setenta personas, la mayoría de ellos campesinos que conocí en el proceso de Reforma Agraria llevando a cabo a partir de la década del sesenta”.
Andrés Alwyn, un Quijote de su época
Vale recordar que Andrés Aylwin fue militante de la Democracia Cristiana desde 1957 y fue uno de los primeros en rechazar la dictadura cívico-militar, firmando una declaración pública conocida como la Declaración de los 13, donde se condena categóricamente “el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que él hizo de su vida en defensa de la Autoridad Constitucional”.
A raíz de esto y de otras acciones fue relegado a la aldea aymara de Guallaitire, a cuatro mil 500 metros de altura en la frontera con Bolivia, en el norte de Chile. En 1978 fue electo presidente de la Agrupación de Abogados Pro Derechos Humanos y director de la Comisión Contra la Tortura, jugando un rol importante en la defensa de las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos. También trabajó también en la Vicaría de la Solidaridad y formó parte del Comité para la Paz.
Aylwin escribió varios libros relatando su experiencia personal durante la dictadura, editando, entre otros, Ocho días de un relegado (1989), Testimonio y compromiso por la paz: citas escogida (1993), y Simplemente lo que vi: 1973-1990 y los imperativos que surgen del dolor (2003). En este último relata su experiencia en dictadura y aborda las situaciones vividas en Paine. Allí -señala- que “en lo que hoy es la provincia del Maipo más del ochenta por ciento de los crímenes de la dictadura fueron perpetrados en octubre de 1973”.
Después del fin de la dictadura Aylwin volvió a la escena política desempeñándose como diputado hasta 1998, cargo que lo llevó a integrar y presidir la Comisión Permanente de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía; y la de Constitución, Legislación y Justicia.
Velatorio y despedida
Tanto la Corporación Memorial Paine como la Agrupación de Familiares de Detenidos Desparecidos y Ejecutados de Paine (AFDyE) quisieron estar presentes en la despedida a Andrés Aylwin este lunes 20 de agosto en el Congreso Nacional en Santiago. En una comitiva llegaron a dejar una corona de flores y sus respetos a sus familiares y amigos más cercanos.
Muchas de las señoras que son parte de la AFDyE conocieron de cerca a don Andrés y recibieron su apoyo en el marco de las acciones judiciales y la constante lucha por Verdad y Justicia. En ese contexto, la Presidenta de la Agrupación, Flor Lazo Maldonado, fue llamada a la tribuna a expresar algunas palabras para despedirlo, allí señaló:
“Don Andrés, aquí está Agrupación de Detenidos Desparecidos de Paine, dándole las gracias a usted por todo lo que nos acompañó. Por tomar el café con nosotros, por comer el pancito que teníamos para la once. Por ayudarnos cuando teníamos miedo, cuando en 1973 ocurrieron esas violaciones tan tremendas a nosotros. Como familia quedamos absolutamente desamparados y Don Andrés llegó a nuestras vidas.
Él nos ayudó. A veces teníamos mucho miedo y él nos abrazaba y nos consolaba. Don Andrés, nosotros como está Agrupación de Detenidos Desparecidos de Paine, queremos darle las infinitas gracias, pro ayudarnos tanto, por querernos tanto cuando nadie nos quería. Nadie nos quería a nosotros en aquellos años, pero él nos abrazaba, nos daba fuerza y nos decía que teníamos que seguir. Estábamos felices con él. Don Andrés, a usted y su esposa, miles de gracias, miles de gracias. Aquí están todas estas mujeres, que a usted lo recibieron, que compartieron con usted. Don Andrés, vuele alto, porque nosotros lo amamos y queremos darle las gracias. Don Andrés, gracias por todo lo que nos entregó y estamos seguras que nunca más habrá un Don Andrés que nos ayude y nos proteja tanto”.
Si bien, desde Paine nos sumamos a la pena y el dolor de su familia y sus más cercanos, estamos ciertos que su recuerdo el legado que dejó su entrega incondicional en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos permanecerán vivos por siempre.